martes, 5 de octubre de 2010

La educación universitaria

Segunda parte - entrevista

Doctor Guerrero, Ud. tiene una amplia trayectoria universitaria y una gran versación científico - humanista que todos sus alumnos le reconocen, por ello quisiéramos conversar sobre algunos aspectos de la vida universitaria, de la educación y de la cultura en general.

¿Nos puede decir algo al respecto?
Con todo gusto. Primero: muchas universidades están manejadas siguiendo los viejos moldes positivistas, obsoletos y venidos a menos; por cierto no son las mejores. Las mejores siempre dan una formación integral.

¿Cómo explica esto, qué filosofía impera en la universidad?
Algunos tecnócratas que dirigen y tienen poder de decisión en la universidad tienen grandes errores de conceptualización, carecen de precisión y acusan un retraso de muchas décadas en tomo a los cuestiones vitales de la cultura contemporánea. Sus conceptos sobre universidad, enseñanza y curriculum, ciencia, aprendizaje y educación son obsoletas, por decir lo menos.

¿Puede desarrollar estos conceptos?
Brevemente esto se puede explicar así: Insisten en que la Universidad es sólo un centro de información y preparación técnica y desvincula a los alumnos del pensamiento crítico, del lenguaje intelectual, de las inquietudes cognoscitivas, lo alejan de la cultura y del arte, de la formación personal, quieren estudiantes impermeables a la emoción del bien, profesionales fríes e ignorantes de lo que significa altruismo y responsabilidad social.

Aquí se nota una concepción peyorativa del estudiante al pensar que carece de recursos intelectuales para asimilar crítica e intelectualmente una cultura auténtica universitaria. Sólo lo creen capaz de destrezas y habilidades técnicas.

En cuanto a la enseñanza ignoran que hay un saber pedagógico con una gran riqueza de conocimientos validados, pues a ellos les basta con tener conocimiento sin preocuparse de cómo transmitirlos y cómo evaluarlos eficazmente.

La ciencia y el Positivismo ¿Ud., habló de la ciencia, cuál es la actitud ante la ciencia?
Aquí se ve claramente la posición de los tecnócratas, marcada fuertemente por la visión positivista. Su confusión aquí es mayor, al confundir la ciencia con la técnica, como si fuera sólo una actividad práctica. Es la actitud de los pragmáticos que usan teorías, aplican teorías y principios teóricos pero no tienen ninguna sabiduría acerca de ellos.

Rechazan la filosofía y la cultura sin saber que el positivismo no es una doctrina científica sino filosófica, una mala filosofía. De este modo le hacen un pésimo servicio a la ciencia rebajándola y banalizándola al verla como una herramienta al servicio de la práctica. Ignoran que la ciencia es antes que nada una empresa cognoscitiva, de conocimiento, con un doble compromiso: servir a la verdad y transformar la realidad. Pero ambos objetivos al servicio del hombre.

En suma, le digo, que los tecnócratas positivistas le asignan a la ciencia funciones y tareas que no puede cumplir, distorsionando sus fines y objetivos causando una mayor desorientación. La ciencia es un conocimiento valioso, pero no es todo el conocimiento, es competente para el mundo material pero no para el mundo espiritual. Y la realidad no es sólo material, donde son validas las ciencias experimentales, pero fuera de este campo imperan otras disciplinas sin las cuales la realidad en su conjunto sería impensable.

Karl Pooper
Todas sus baterías las ha descargado contra los positivistas, contra la visión tecnocrática, ¿no es así?
Una última cuestión: Que tengan en cuenta que el progreso científico y el avance tecnológico que signan nuestro tiempo no deben malograr los bienes de la cultura que son los responsables de la calidad humana y los que orientan su existencia. A estos profetas de la tecnología debemos recordarles siempre que tan peligroso es un profesional ignorante y mal preparado técnicamente, como dañino y peligroso es un intelectual carente de sentimiento ético y moral. Para terminar quiero contarle que cierta vez pidieron a Karl Popper que expresara en una frase la quinta esencia de la enseñanza del positivismo y contestó: “EI mundo es todo superficies”.

Por último, Doctor, quisiéramos su opinión sobre la misión o papel de la filosofía.
A lo expresado anteriormente, hay que agregar que la filosofía tiene por objeto toda la realidad. Las ciencias observan y estudian aspectos parciales de la realidad y sus causas y principios inmediatos. Por ello, la ciencia se ha constituido como un saber fenoménico (observable y verificable) y positivo. La filosofía en cambio es el saber metacientífico, va más allá de las ciencias particulares y de las causas inmediatas, trata de buscar una explicación de la realidad más allá de la ciencia, la explicación última y definitiva de todo lo existente. Proporciona al hombre el sistema de valores base de su conducta, los fines supremos y el sentido último de la vida humana.

Se le ataca a la filosofía por su abstracción, por su desconexión con la actividad humana, con la acción, ¿Qué hay sobre esto?
Lo que venimos expresando en esta entrevista dice todo lo contrario, no hay tal cosa. Como saber especulativo la filosofía es un conocimiento de los entes que va más allá de las ciencias particulares, es un puro conocer, se ordena al solo saber.

Pero como saber práctico la filosofía se ordena a la acción, al obrar y al hacer, busca los principios esenciales que rigen la acción humana, la sabiduría en el actuar, la conducta como saber ser, le compete brindar al hombre una orientación global acerca de cómo es el mundo y cuál es la manera más conveniente para vivir, para vivir plenamente. Es una actividad que nos mantiene con los ojos abiertos y nos ayuda a vivir lúcidamente. Ocupación filosófica es la construcción de una cosmovisión que recoja los resultados de las ciencias particulares, globalizando las conquistas de la ciencia pare ofrecer una imagen global del universo.

Después de lo dicho no podrá Ud. afirmar que la filosofía es pura teoría. La ciencia no tiene respuesta para las interrogantes últimas, no nos dice cómo vivir, la ciencia y la tecnología no tienen que decimos sobre la calidad de la vida, esto no es de su incumbencia.

Entrevista publicada en el diario La Industria de Trujillo, 21 de julio 1995.

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