Por Sarah Simpson
La mayor extinción en masa de la Tierra transformó el planeta en un infierno.
Por primera vez, paleontólogos determinaron exactamente cuándo y a qué velocidad surgió el origen de todas las extinciones en masa; y sus descubrimientos apuntan a un culpable: una gigantesca y duradera inyección de dióxido de carbono de la atmósfera. ¿Te resulta familiar?
Está claro que el dióxido de carbono ancestral no estaba generado por automóviles y fábricas, sino por enormes erupciones volcánicas, incendios forestales, e incluso por la combustión de carbón incendiado por la ardiente lava.
Durante el fenómeno, el aumento de los gases de efecto-invernadero elevó las temperaturas globales, acidificando los océanos y privándolos de oxígeno, entre otras muchas consecuencias nefastas. Obviamente, la vida sufrió un gran revés. El planteamiento más aceptado hasta la fecha sugiere que el 90% de todas las especies marinas perecieron.
El nuevo estudio, publicado en la revista Science, analiza esta estadística bajo una nueva y rigurosa perspectiva: en el auge de la crisis, hace aproximadamente 252,28 millones de años atrás, y a lo largo de al menos 20.000 años, el planeta perdía al 3% de sus especies cada milenio.
“Si continuáramos perdiéndolas a ese ritmo durante 20.000 años más no estaríamos aquí para hablar sobre ello”, declaró a Discovery Noticias el paleontólogo Charles Henderson, de la Universidad de Calgary en Alberta, Canadá.
Henderson integra un equipo internacional de científicos, liderado por Shu-zhong Shen, del Instituto Nanjing de Geología y Paleontología de China, que analizó la gran crisis conocida como extinción permiana. Dicha extinción ocurrió millones de años antes de las colisiones cósmicas que prepararon el terreno para los dinosaurios.
Durante años, el patrón de cálculo de la extinción permiana indicaba que el 90% de la vida en la Tierra había desaparecido, pero este número era simplemente una extrapolación estadística. Ningún estudio había considerado un puñado de muestras simultáneamente, explicó Henderson.
El nuevo estudio tuvo en consideración los cambios y la desaparición de un total de 1.485 especies, entre las que se encontraban criaturas semejantes a las anguilas denominadas “conodontes” y varios animales terrestres. El equipo también utilizó técnicas de datación para determinar las edades de los fósiles.
Una conclusión muy importante de este estudio – que hasta la fecha levantaba polémica – es que las extinciones terrestres y marinas ocurrieron al mismo tiempo.
Curiosamente, este nuevo análisis de la extinción permiana no corrobora la tesis del 90%. “Si observamos la curva de riqueza de las especies, la extinción fue de apenas el 60%”, explicó Henderson.
Pero no merece la pena seguir discutiendo sobre el tema. La extinción permiana es la peor que el planeta ha sufrido hasta la fecha.
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