
“El Internet ha acabado con la gramática, ha liquidado la gramática. De modo que se vive una especie de barbarie sintáctica”, afirmó el autor de “Conversación en La Catedral”, de 75 años.
Sus palabras más duras fueron para el lenguaje que usan “los jóvenes” en Internet o en los dispositivos móviles, que calificó de “aterrador”.
“Si escribes así, es que hablas así; si hablas así, es que piensas así, y si piensas así, es que piensas como un mono. Y eso me parece preocupante. Tal vez la gente sea más feliz si llega a ese estado. Quizás los monos son más felices que los seres humanos. Yo no lo sé”, sentenció.
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